Prepararse para los exámenes. Segunda Parte  

Publicado por Carlos

¿Por qué se produce este bloqueo?


Para muchos autores los alumnos, ante el reto de tener que demostrar en un tiempo limitado lo que ha aprendido, y sabiendo que su trabajo estará sujeto a una calificación que le permitirá o le impedirá avanzar en sus estudios, se ve sometido a una situación que le provoca estrés. Esta situación que se traduce en prisas, incertidumbre, inquietud y angustia se traducen en una notable falta de concentración que va a dificultar seriamente el uso correcto del pensamiento y claridad de ideas necesarias para el normal desarrollo de estos ejercicios. En esas condiciones la memoria y el razonamiento parecen haber desaparecido. A estas situaciones el temperamento ansioso del alumno, su autoestima y seguridad en si mismo, también tiene mucho que decir a la hora de predisponerse, en mayor o menor medida, a este tipo de situaciones.

A la hora de resolver este círculo vicioso debemos plantearnos dos grupos de estrategias básicos. Por un lado, aquellas estrategias que, a mas largo plazo, debemos ir desarrollando con el objetivo de modificar esos rasgos de nuestro temperamento que nos resultan tan negativos a la hora de afrontar un examen, o al menos, desarrollar ejercicios que nos van a ayudar a mejorar el control que normalmente desarrollamos ante estas situaciones de estrés. La relajación y correcta mentalización en este tipo de tareas van a ser claves para ir mejorando en este sentido.

En otro conjunto de actuaciones, afrontaremos la preparación de los ejercicios desde una perspectiva más cercana, es decir, a más corto plazo. Es recomendable intentar poner en práctica estas propuestas poco a poco.


Como ya comentamos, lo primero es preparar el examen con la antelación suficiente. En ese sentido no es recomendable seguir preparando el examen hasta altas horas de la noche, como suele ser tradicional entre muchos alumnos. El sueño y la falta de descanso podría influir negativamente en el rendimiento. Lo recomendable es estudiar los días anteriores al examen, y justo el día antes dedicarlo a dar un paseo, practicar algún deporte, hacer ejercicio o sencillamente repasar, sin estudiar en profundidad, algún aspecto del temario que más duda nos cree.

Es importante evitar distraerse con problemas añadidos a la tensión que los propios exámenes generan. El consolidar, en la medida de lo posible, un ambiente apacible evitará acrecentar su ansiedad, trasmitiéndole confianza y seguridad en su capacidad y en su esfuerzo previo.


Preparar todo el material necesario la noche anterior al examen par evitar prisas y olvidos.

Conocer y tener asumidas y entrenadas las normas de presentación de un examen. Si dichas normas están asumidas y automatizadas, aportan seguridad a la hora de realizar el examen. Las normas básicas son: dejar márgenes adecuados, escribir con buena letra, escribir nombre, apellidos y fecha, subrayar los enunciados y título con "regla"...


También es importante la planificación del tiempo, tanto previo a la realización del examen (llegar con suficiente antelación al aula y ocupar un sitio adecuado y tranquilo), como durante el examen, donde debemos controlar el tiempo que tenemos para realizar el ejercicio planteado.

Llegado el momento del examen es importante…


Estimular nuestra confianza y seguridad en nosotros mismos reflexionando y dándonos cuenta de que es normal estar nervioso pero que se pasará en unos minutos, que es posible que no se sepa todo y que no pasa nada si se dedican unos minutos al principio para tranquilizarse e intentar comprender bien las preguntas.

Una vez iniciado el ejercicio, no tenemos porque empezar a escribir y si que debemos dedicar el tiempo necesario a comprender bien las preguntas. Dedica tiempo a leer todas las preguntas y comprenderlas correctamente (pregunta al profesor cualquier duda si lo necesitas). A veces se responde incorrectamente a una pregunta porque no se leyó bien o no se comprendió suficientemente.


Otro aspecto importante es el tiempo que debemos dedicar inicialmente a decidir en función de la dificultad y la complejidad de cada una de las preguntas, cómo se administrará el tiempo del que se dispone. Puede parecer que esto ayude a aumentar los nervios pero muy al contrario, el ser consciente antes de empezar de cuánto tiempo se le puede dedicar a cada pregunta, te ayudará a concentrar tus esfuerzos. Organiza, por lo tanto, las preguntas según su dificultad y el tiempo que vas a tener que dedicar a resolverlas. Una vez hecho este análisis responde primero a las que conoces la respuesta, para dedicarte más tarde a las más complejas.

Mas adelante puedes volver a las preguntas que no pudiste responder en el primer intento. Quizás puedas responder con más facilidad en otro momento por el sólo hecho de estar más relajado por haber respondido ya a otras preguntas; algunas veces la respuesta a una pregunta nos da pistas para responder a otra.


Ya comentamos lo malo que es empezar a escribir sin más No quiero decir que te tengas que demorar o tardar en comenzar el examen, solo que no debes precipitarte. Evita el lanzarte a escribir sin saber muy bien lo que te preguntas o quiere que respondas y, tampoco sin antes , organizarte correctamente los conceptos sobre los que tienes que escribir. Una estrategia a la que te puedes ir acostumbrando es el utilizar un folio como borrador de lo que vas a escribir, ordenando las ideas que posteriormente vas a desarrollar. Con este simple ejercicio podrás organizar tu composición y disminuir significativamente el índice de ansiedad y nerviosismo que pueden tener por el hecho solo de enfrentarte al examen.

Si el nerviosismo persiste puedes iniciar unos pequeños ejercicios de relajación. Estos ejercicios son tachados de bobería o sin sentido, y nos olvidamos del mucho bien que puede aportar a tu cambio de conducta y adaptación a la situación de tensión que vives. Solo cinco minutos pueden ser suficientes para reconducir tu nerviosismo/bloqueo. No debes obsesionarte con el tiempo que vas a dedicar a realizarlos ya que este pequeño tiempo "perdido" resultará de una enorme "ganancia" si consigues recuperar tu concentración. Te adjunto algunos ejercicios de relación que puedes practicar previamente en tu casa (tampoco estaría mal que te acostumbrases a realizarlos periódicamente hasta que vayas controlando estas situaciones de ansiedad o tensión que vas viviendo frente a los exámenes o cualquier otra tarea escolar).


- Relajación física: cierra los ojos y piensa en tus pies, siente los dedos, podrías moverlos, pero no lo haces porque tienes la sensación de que pesan mucho... Haz lo mismo con otras partes del cuerpo.

- Relajación mental: piensa en un lugar que te guste estar, intenta representarlo en tu imaginación con todos los detalles, procura sentir la temperatura, el olor, el sabor, la música…Te sientes muy a gusto.


En relación con el examen en si recuerda:

Es importante animarte y darte autoinstrucciones positivas: recordarse a sí mismo que está bien preparado, que es normal ponerse nervioso, que no saben todas pero sí la mayoría de las preguntas…La autoconfianza en las posibilidades de uno mismo es el inicio de todo este trabajo.


Recuerda también que la calidad del contenido no tiene nada que ver con la cantidad de lo que escribas. Evita el "rollo", solo por el hecho de escribir mucho. Procura ser claro, conciso, sintético y evitar escribir sobre cosas que no le añaden ningún valor al contendido del examen que tienes que realizar. Por eso es importante tener claro la idea de aquello sobre lo que te piden que escribas, para evitar los rodeos o contenidos sin valor.

Evita estar pendiente del resto de compañeros, sobre si terminan antes o después Tu debes seguir tu ritmo natural de trabajo, y siempre ten en cuenta el poder comprobar la hora y continuar hasta agotar el tiempo.


Si ves que el tiempo se te va echando encima y que no te va a dar tiempo, lo primero es tranquilizarte y luego ir procurando comenzar a exponer las ideas que te faltan por redactar de modo esquemático. Siempre va a ser mejor, al menos, enunciar los puntos que se querían tratar en la pregunta en cuestión que entregar un examen incompleto.

Siempre que sea posible y cuando sobre tiempo, dedícate a repasar lo que has escrito. Comprueba que has contestado a todas las cuestiones planteadas y asegúrate de que lo has contestado de manera correcta. Comprueba el estilo, la limpieza del documento y especialmente las faltas de ortografía y puntuación del examen.


Si quieres ampliar información sobre distintos tipos de exámenes te recomiendo este enlace:

Mas información

 

Publicado por Carlos


Prepararse para los exámenes. Primera parte  

Publicado por Carlos

Estamos a pleno rendimiento del curso y pronto vamos a comenzar ( si no lo hemos hecho ya ) el periodo de evaluaciones que para muchos se puede convertir en un recorrido excesivamente complicado y lleno de penurias. No es de extrañar que muchos alumnos obtengan peores notas de las que inicialmente esperaban, y en bastantes casos notas muy por debajo del tiempo empleado para prepararlos. Detrás de estos problemas se encuentra la mala preparación que de esos ejercicios se han realizado o lo que es peor, la presencia de lo que podríamos calificar como un bloqueo mental y afectivo que les dificulta seriamente poder resolver con éxito los ejercicios propuestos (me he olvidado de todo, me he quedado en blanco, etc….). A lo largo de este artículo intentaremos ver estrategias que nos pueden ayudar a planificarnos mejor y abordar con mayor serenidad estos periodos de tiempo tradicionales en la vida de un estudiante.

Ya hemos comentado en otros artículos la importancia de planificar el tiempo de estudio, no solo para la realización de las tareas escolares diarias, sino también para la lógica preparación de los exámenes que con distinta frecuencia se van a tener que ir realizando a lo largo de cada uno de los trimestres. Al menos con dos semanas de antelación deberíamos de ir planificando nuestras horas de estudio para ir trabajando los contenidos de los exámenes que tenemos que hacer. Estas dos semanas es el tiempo medio, que podemos variar en mayor o menor cuantía, según el conocimiento que tengamos de la materia de la que tienen que examinarse. Además del tiempo dedicado al estudio, no debemos olvidar la importancia de llevar la asignatura al día en los apuntes y entenderla perfectamente para evitar lagunas de contenido que resultan, en última instancia, fatales para el desarrollo de los exámenes.

Además de esta dinámica general de preparación de los exámenes es muy posible que algunos alumnos puedan haber experimentado en algún momento las angustiosas sensaciones de "quedarse en blanco", aun habiendo preparado un examen razonablemente bien. Nos referimos a los casos en el que el alumno sufre los conocidos como bloqueos emocionales e intelectuales que le impide demostrar sus verdaderos conocimientos.

Es importante en toda esta tarea llegar a controlar el propio comportamiento que cada uno experimentamos en estas situaciones. Lo mejor es conocerse bien para así detectar los orígenes del problema y poder cortarlo desde sus inicios. Hay que adoptar una actitud crítica hacia lo que constituye el origen de su preocupación, y preguntarse básicamente tres cosas:

¿Cuál es la probabilidad real de que este problema suceda?
¿Qué es razonable que haga yo para evitarlo?
¿De qué me está sirviendo darle vueltas de esta manera?

Otra cuestión que debemos pararnos a reflexionar tiene que ver con los efectos de los estados de tensión o ansiedad frente a la realización de las tareas escolares. Al contrario de lo que podría pensarse y según unos amplios estudios realizados por Richard Alpert, la ansiedad puede actuar como determinante a la hora de favorecer o entorpecer el rendimiento de un alumno frente a estas tareas en el quehacer diario. La diferencia entre uno y otro caso está en la forma de abordar esa sensación de inquietud que invade al alumno ante la inminencia de un trabajo o examen. A unos, la misma excitación y el interés por hacerlo bien les lleva a prepararse y a estudiar con más seriedad; a otros, en cambio, les asaltan pensamientos negativos (del estilo de «no seré capaz de aprobar», «se me dan mal este tipo de exámenes», «no sirvo para esta asignatura», etc.), y esa predisposición sabotea sus esfuerzos. La excitación interfiere con el discurso mental necesario para el estudio y enturbia después su claridad también durante la realización del examen. Es así como las preocupaciones acaban convirtiéndose en profecías autocumplidas que conducen al fracaso.

A fin de cuentas hablamos de un proceso de control de las emociones que pueden utilizar esa ansiedad anticipatoria –ante la cercanía de un examen, o de realizar cualquier tarea escolar. La solución de este proceso esta en encontrar un punto medio entre la ansiedad y la indiferencia. Así las cosas podemos decir sin miedo a equivocarnos que el exceso de ansiedad dificulta el esfuerzo por hacerlo bien, pero la ausencia completa de ansiedad produce apatía y desmotivación.

Es necesario, por lo tanto, trabajar y mentalizarnos por conseguir un cierto entusiasmo (incluso algo de euforia en algunas ocasiones), lo que resulta muy positivo en la mayoría de las tareas humanas, sobre todo en las de tipo más creativo. Aunque si la euforia crece demasiado, o se descontrola, la agitación puede socavar la capacidad de pensar de modo coherente e impedir que las ideas fluyan con acierto y realismo, así que debemos mantener el equilibrio y dosificar correctamente estos estados particulares de ánimo y emoción.

Proyecto de reforma de la Prueba de Acceso a la Universidad  

Publicado por Carlos

Esta reforma entrará en vigor a partir del próximo curso 2009/2010 y supone cambios importantes en la forma que actualmente tiene esta prueba. Los alumnos que cursan actualmente 1º de Bachillerato serán los primeros que realizaran esta prueba.

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Orden de evaluación del Bachillerato  

Publicado por Carlos


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